Contando un poco como se creó el Museo de Ciencias
Naturales, en esta oportunidad les mostramos como se encontraba este sector del
edificio y el resultado final del mismo.
La Sala Histórica. Desde las primeras exploraciones en
Miramar hasta la creación de este Museo.
En la Sala Histórica, el visitante puede verificar la
importancia científica de Miramar desde fines del Siglo XIX. En esta zona
grandes exploradores y pioneros en las ciencias biológicas han realizado
descubrimientos de interés mundial en el ámbito académico, tanto para la
paleontología como para la arqueología y ciencias afines.
Por medio de paneles
con imágenes en relieve, el visitante podrá observar como Miramar fue el centro
mundial a nivel científico durante años. Finalizando con los hallazgos de la
actualidad y la creación y fundación del Museo de Ciencias Naturales de
Miramar.
El Gliptodonte del género Panochthus que se encuentra
en el parque del Museo de Ciencias Naturales de Miramar, fue encargado para tal
fin por la Fundación Azara al reconocido paleoartista José Luis Gómez, quien
además es autor del tigre dientes de sable que se encuentra a unos metros de
este.
El Panochthus fue recreado a tamaño natural, y
realizado con materiales resistentes a la intemperie. Tiene una estructura
metálica en su interior que le da firmeza a la pieza, luego el volumen
fue tallado en poliestireno expandido alta densidad y poliuretano,
se aisló con una capa de resina con una
capa de cola viniílica y papel maché, finalmente se cubrió con resina
náutica y fibra de vidrio lo que le da resistencia a las inclemencias
climáticas de nuestra zona. Algunos detalles se hicieron con masilla epoxi
artesano y los ojos son de cristal. Finalmente lo pintó con pinturas
resistentes.
La coraza de este género se caracteriza por un marcado
alargamiento de la región pélvica en detrimento de la zona torácica, constituida
la ornamentación de cada placa por un gran número de figuritas, finamente
puntuadas. Su tubo caudal (cola), tiene gran tamaño y es muy chato a
comparación de las otras especies, con notables cicatrices, donde tal vez,
llevaría un grupo de largas y puntiagudas espinas corneas, la cual, se
convertía en un arma muy efectiva cuando era amenazado por los carnívoros de la
época.
Su cráneo era corto pero muy robusto, acompañados de unas
increíbles y grotescas mandíbulas. Sus patas eran gruesas y cortas. Su pelvis
al igual que gran parte de su columna se encontraba soldada a la coraza dorsal.
Los hallazgos de trozos de coraza de Panochthus en toda la región son
algo frecuente. Se extinguió junto a otros gigantes, a fines del Pleistoceno,
hace 10 mil años.
Personal del Museo de Ciencias Naturales de Miramar hallo
evidencia paleontológica y geológica de que un gran armadillo extinto realizo
una cueva como refugio.
Los armadillos son mamíferos de actividad fosorial, es
decir, que está adaptado a la excavación y vida subterránea. En la zona
del vivero de Miramar, próximo a los fogones de la costa, hemos encontrado en
marzo, una crotovina. Esta estructura que representa una antigua madriguera llena
de sedimentos (arenas, arcillas, etc.) que se han depositado a lo largo de los
siglos a través de la lluvia y se han acumulado debido a la porosidad del
terreno.
En esta caso, se trata una crotovina excavada hace unos 200
mil años antes del presente, durante el Pleistoceno superior, y por el tamaño y
las características, suponemos que se trata de un armadillo extinto de gran
tamaño, como el extinto Eutatus, del cual, hemos encontrado en numerosos restos
fósiles en esa misma zona.
Próximamente haremos nuevas observaciones, ya que, en
algunos casos, la erosión provoca un desgaste del material de relleno, y se
pueden observar las garras marcadas (icnitas) en paredes y techo de esta galería
excavada por este gran armadillo, lo que nos confirma mejor si se trata de
esta especie u otra similar, por la anatomía que presentaría las patas.
En la zona de Miramar, también hemos hallado crotovinas y
paleocuevas realizadas por perezosos gigantes extintos, cuyo diámetro llega a
1,90.
En la imagen, en la parte de abajo, se observa el personal
del Museo de Ciencias Naturales de Miramar, señalando la estructura en el
sedimento. Arriba, la misma imagen, en donde se remarcaron los bordes para que
el público logre diferenciar lo que vieron los investigadores, con la recreación
del Eutatus.
En algunos casos (por ahora no es este) encontramos restos
de esqueletos de animales que murieron dentro de las cuevas, o que fueron
ingresados a la misma por animales carnívoros o por cuestiones ambientales, que
más adelante les mostraremos.
La Megafauna del Pleistoceno. (2.000.000 a 10.000
años).
El término megafauna comprende al conjunto de animales cuya
masa corporal adulta excede la tonelada de peso. Suele ser utilizado para hacer
referencia a los gigantescos animales que vivieron entre los 2.000.000 y los
10.000 años antes del presente (en el Pleistoceno). Usted podrá conocerlos en
esta sala y las dos siguientes.
Los representantes de la Megafauna en Miramar.
Los invitamos a remontarnos en el tiempo , a unos 100 siglos
y comprobar que, recorrer Miramar y sus alrededores por ese entonces hubiera sido
un verdadero safari, que en nada envidiaría a los que en la actualidad se
pueden realizar en el continente africano.
Hasta hace más de 10.000 años mamíferos de gran rareza y
tamaño, como perezosos terrestres, gliptodontes, toxodontes, macrauquenias, mastodontes.
Tigres dientes de sable, osos y caballos americanos vivían en la zona. Esos
fueron los amos y señores de estas tierras durante el Pleistoceno, una de las
épocas geológicas en que se divide el Cuaternario, que a su vez es uno de los
períodos de la Era Cenozoica . Desde luego esos mamíferos convivieron con la
fauna silvestre actual se extinguieron entre fines del Pleistoceno y comienzos
del Holoceno (es decir entre los 10.000 y 8.500 años atrás).
Los Ungulados Sudamericanos.
LOS NOTOUNGULADOS: Son un orden de mamíferos autóctonos
totalmente extinguidos durante fines del Pleistoceno, hace 10 mil años. Se
destaca un enorme esqueleto y un gran cráneo de Toxodon platensis,
recuperado hace poco tiempo de un paleopantano en las inmediaciones de la
localidad de Mar del Sud, próxima a Miramar. El aislamiento geográfico de
América del sur, permitió el desarrollo gradual de mamíferos muy extraños,
los cuales se diversificaron ocupando distintos ambientes.
El Toxodon llego a medir unos 3 metros de largo y una masa estimada
de una tonelada. El cráneo de este animal tiene un tamaño de 70 centímetros y
sus mandíbulas provistas de incisivos de crecimiento continuo, cuyos esmaltes
se representan en fajas longitudinales. Se asemejaban a los actuales
hipopótamos y rinocerontes, pero sin parentesco alguno, es otro ejemplo de
evolución paralela o convergencia adaptativa, es decir, cuando dos especies
totalmente aisladas comparten nichos ecológicos similares, desarrollando
algunos rasgos morfológicos notablemente parecidos. Su hábitat estaba
conformado por llanuras abiertas y frondosos pantanos, alimentándose
principalmente de vegetales, los cuales, podían ser extraídos con sus
mandíbulas en forma de "pala".
LOS LITOPTERNOS: Se encuentra representado por varios
restos mandibulares bien preservados, acompañada por una copia de un cráneo con
mandíbula de Macrauchenia patachonica. Su aspecto en vida es digno de una
película de ciencia-ficción. Su nombre significa "cuello largo". Sus
dimensiones eran semejantes al de los camellos actuales, pero los orificios
nasales y una gran fosa elíptica señala la presencia de una trompa, algo más
larga que la del tapir actual. Poseía largas patas y pies ungulados, provistos
de tres dígitos. Es probable que no corriera con mucha velocidad, ya que las
proporciones de las patas traseras estaban invertidas, como ocurren con los
animales no corredores, por ejemplo, la jirafa. Su alimentación estaba basada
en vegetales de zonas pantanosas donde pasaba la mayor parte de su tiempo, y
del pastoreo. Algunos autores han formulado la hipótesis de que estos
mamíferos estaban adaptados a una vida semiacuática. Sin embargo, sus restos
han sido hallados no sólo en depósitos asociados a cuerpos de agua sino también
en eólicos correspondientes a ambientes áridos y semiáridos. Los molares
superiores son de sección cuadrangular de corona alta. Se extinguió a fines del
Pleistoceno y principios del Holoceno.
Siguiendo con el programa de extensión educativa debido a la pandemia del covid 19, preparamos casi una docena de videos y conversaciones virtuales para distintas instituciones locales y CABA a pedido de los docentes. En este video se hace un breve comentario sobre la Megafauna de nuestra ciudad, realizado para primer año de la Escuela Técnica de Miramar.
En el día de la bandera, elegimos esta fotografía de hace un tiempo atrás, cuando nuestra nueva institución, se encontraba hermosamente “celeste y blanca”. Viva la Patria!!!
Una
docuficción sobre la vida y la obra de Florentino Ameghino, el naturalista
argentino; posiblemente, el padre del pensamiento científico latinoamericano.
Vivió obsesionado con demostrarle al mundo científico su creación más polémica
y desmesurada: el “Homo pampeanus”, la teoría autoctonista sobre el origen del
hombre americano. Con la actuación de Luis Ziembrowski en el papel de Ameghino.
Es otro de los paleoartistas que trabajaron por medio de la
Fundación Azara para el Museo de Ciencias Naturales de Miramar. En este caso,
mostraremos la reproducción del Macrauquenido o Macrauchenia, que se encuentra
en la sala número tres de nuestro museo, dedicada a los ungulados sudamericanos
fósiles.
Los animales a escala fueron trabajados paulatinamente,
haciendo primero una estructura de hierro o alambre, agregándole el volumen o
forma con telgopor de alta densidad. Reposado sobre una base de
madera, empezando por la cabeza, por lo cual, tallo en el telgopor el cráneo a
escala del animal, y de ahí le da los detalles con masilla epoxi parcet.
Le agrega dicha cabeza, y recubre el resto del cuerpo con
más masilla, sin olvidar de modelar pelos y músculos con herramientas de odontología. Luego
se concentra en manos, patas y garras. Una vez seco le da una base con pintura
acrílica, preferentemente colores oscuros y lo fue aclarándolo con colores más
claros con el aerógrafo.
A cada una de las figuras le hizo una forma única de base
que lo personalizo, con un suelo y algunos arbustos etc.
Como era el Macrauquenio (Macrauchenia patachonica)?
Sus dimensiones eran semejantes al de los camellos actuales,
pero los orificios nasales y una gran fosa elíptica señala la presencia de una
trompa, algo más larga que la del tapir actual. Poseía largas patas y pies
ungulados, provistos de tres dígitos.
Es probable que no corriera con mucha
velocidad, ya que las proporciones de las patas traseras estaban invertidas,
como ocurren con los animales no corredores, por ejemplo, la jirafa. Su
alimentación estaba basada en vegetales de zonas pantanosas donde pasaba la
mayor parte de su tiempo, y del pastoreo.
Este género se lo conoce en esta
zona desde hace 2 millones de años a 10 mil años antes del presente.
Gracias a las
investigaciones arqueológicas hoy en día sabemos que los primeros pobladores
del continente americano arribaron desde Asia hace más de 14.000 años, cuando
descendió el nivel del mar en todo el mundo y emergió un puente terrestre que
conectó ambos continentes. En nuestro museo te contamos sobre ello.
Una de las
teorías sobre la llegada del hombre a América, es la del cruce
por el puente de Bering: los científicos afirman que el puente
de Bering, en condiciones de ser transitado por hombres y animales, duró un
"breve" período durante la última glaciación, cuando el nivel
del mar llegó a bajar 120 metros aproximadamente, y el actual estrecho de
Bering, se convirtió en istmo, durante dos etapas. La primera etapa duró
unos 4000 años y la segunda etapa, unos 15 000 años. Es decir,
el puente de Bering se mantuvo en condiciones de tránsito durante unos
19000 años.
La ruta que
siguieron los primeros humanos que cruzaron, pudo haber sido por los
valles ubicados al sur de los montes Chukots en Asia y el
ingreso a América, pudo haber sido por la península Seward. Entre ambos
puntos extremos en Siberia y Alaska, no hay más de 75
kilómetros.
La ruta de
Bering es indiscutible y está confirmada por pruebas arqueológicas, genéticas y
culturales. Lo que actualmente se discute es si esta fue la única ruta para el
ingreso del Homo sapiens a América y la época de las migraciones. La
misma ruta de Bering presenta dos posibilidades: una netamente terrestre y la
otra costera, incluso de cabotaje. la primera de ambas probabilidades hasta
hace poco casi "oficial" en la comunidad científica, actualmente es
objetada ya que la ruta netamente terrestre significaba atravesar zonas
glaciares o casi glaciares en donde la supervivencia humana era muy difícil,
mientras que un cabotaje sin dudas fue perfectamente practicable y, esto
explicaría que se encuentren en Norteamérica yacimientos más antiguos en las
zonas costeras del Pacífico cercanas a California y que los ―hasta el presente
hallados― yacimientos en zonas más septentrionales de Norteamérica, sean más
tardíos.
Los primeros
yacimientos norteamericanos presentan restos humanos de
un fisiotipo diferente al de los indoamericanos típicos, se
encuentran más semejanzas con los paleosiberianos del yacimiento
del Yana, de este modo es que se habla de una primera población
de paleoamericanos a la cual luego se sobrepuso la de los nativos
americanos. Algunos autores sostienen que la llegada de los primeros hombres a América, se habría producido
hace alrededor de 35 000 años atrás. Imagen de una de las
salas de arqueología del Museo de Ciencias Naturales de Miramar con imágenes y teorías
del poblamiento de América. También se exhibe bibliografía y hallazgos que sostenían
las teorías ameghinianas sobre el origen del hombre americano.
Un cráneo muy completo de este raro ejemplar, fue hallado en
2013 por la familia López, oriundos de Mar del Plata y que tienen una casa en
la vecina localidad de Mar del Sud, donde realizaron el hallazgo que salió en
distintos medios del país. Después de varias observaciones y estudios, se
determinó que se trataba de Catonix.
Es un género extinto de perezosos gigantes
terrestres de la familia Mylodontidae , endémico
de América del Sur durante la época del Pleistoceno, de unos
tres metros de largo y 1, 5 toneladas de peso, y una antigüedad estimada en 700
mil años antes del presente.
Fue un enorme herbívoro que seguramente compartía
características ambientales como otros perezosos gigantes. Vivió desde 2.5
millones de años hasta hace aproximadamente 10,000 años. Se han descubierto fósiles
en Brasil, Bolivia y Uruguay. En Argentina se conocen unos pocos
restos, en la Provincia de Córdoba, Santa Fey en Miramar, Provincia de Buenos Aires.
Catonyx fue nombrado por Ameghino (1891). Fue
asignado a Scelidotheriinae por Gaudin (1995). La fecha más reciente
obtenida es alrededor de 9600 años, lo
cual se lo considera uno de los últimos perezosos gigantes que existieron.
Este material se encuentra exhibido en una de las salas de
paleontología del Museo de Ciencias Naturales de Miramar. Ilustración de Daniel
Boh.
Entre el personal del museo, miembros de la asociación
de amigos y colaboradores, se realizaron numerosas tareas para llegar a la fecha
de inauguración. Una de ellas fue trasladar y poner en su lugar al Smilodon,
que representaría localmente al Felipeda miramarensis. Esta escultura fue
realizada por el paleoartistas José Luis Gómez. Fue traída desde la localidad
de Tigre y quedo alojada un tiempo en un espacio cedido por Alejandro Epstein, unos días antes de la
apertura del museo, fue llevada y emplazada en el predio. Gracias a todos los
que colaboraron para tal fin.
El peculiar hallazgo de restos parciales del
esqueleto de un carnívoro prociónido que vivió en la región pampeana bonaerense
hace unos 3 millones de años, fueron recuperados y dados a conocer por personal
del Museo de la ciudad de Miramar, Argentina.
El hallazgo fue dado a conocer en los medios
de comunicación en octubre de 2016. Durante
el Plioceno, la región costera de la actual provincia de Buenos Aires era muy
distinta, ya que, la localidad de Miramar se hallaba en el centro continental y
la zona estaba poblada por numerosas especies de mamíferos, aves y reptiles,
según demuestran más de un siglo de hallazgos paleontológicos en la región.
Personal del Museo Municipal Punta Hermengo
de esta ciudad, dependiente de la Secretaria de Turismo y Cultura de la
Municipalidad de General a Alvarado, se encontraba realizando tareas de prospección
al norte de la ciudad, luego de sucesivos temporales, y encontraron en
sedimentos pertenecientes al interior de una crotovina (o madriguera
prehistórica) un grupo de huesos fósiles entremezclados, y que pertenecieron a
un Cyonasua lutaria, emparentado con los coatíes y los mapaches actuales,
pero de tamaño mayor y extinto.
Cyonasua, guarda importancia en los estudios
paleogeograficos, ya que pertenece a la fauna invasora, cuya estirpe evoluciono
en Sudamérica desde el Mioceno, es decir, hace 10 millones de años, siendo unos
de los primeros carnívoros placentarios que invadieron el continente isla de
Sudamérica, luego de un largo proceso de aislamiento geográfico por más de 35
millones de años.
El material recuperado de este carnívoro
primitivo está constituido por fémur, tibia, sacro, costillas, vértebras
varias, falanges y garras. Las ramas mandibulares y dientes, ya habían sido
recuperadas hace unos 10 años, en este mismo sitio.
Creemos que se trata del mismo individuo, que
se encontraba asociado a otros roedores, anuros, armadillos y marsupiales de la
misma época, como así también de «coprolitos» (excremento fosilizado) el cual
determino la publicación de un extenso artículo científico (en inglés) en la
prestigiosa revista científica Historical Biology, An International Journal of
Paleobiology, realizada por Marcos Cenizo de la Fundación Azara, Universidad
Nacional de La Pampa y Universidad Maimónides, junto a Esteban Soibelzon del
Museo de La Plata, y Mariano Magnussen Saffer del Museo Municipal Punta
Hermengo de Miramar, argumento Daniel Boh, director del museo miramarense.
Debido a la pandemia del #COVID19, las instituciones
como los museos tienen sus puertas cerradas al público.
Por ese motivo es interesante poder utilizar los servicios
que nos ofrece internet en sus diversos modos. En este caso desde el Museo
de Ciencias Naturales de Miramar ha lanzado un tour virtual, en el que el
potencial visitante podrá observar tanto el exterior como cada sala, con
referencias a lo que se ve y la ubicación en cada momento, un excelente
trabajo realizado por Daniel Boh.
Por ahora el paseo es en silencio, pero ya se está
preparando la visita guiada grabada y hasta música o sonidos ambientales. La
idea es que pueda ser usado tanto para hacer turismo desde casa o ayudar a los
docentes y alumnos que deseen conocer las riquezas naturales de nuestra región.
Es preferible usar una PC ya que es posible que en algunos
smartphones no funcione debido a cuestiones de conectividad o sistema
operativo.
Para llegar al tour virtual hay que buscar la aplicación
Poly de Google y tipear Museo Ciencias Miramar o usar el link: https://poly.google.com/view/0tL2sWlyHI7
Invitamos a seguir nuestras páginas: www.museodemiramar.com.ar , en Facebook: Museo de Ciencias
Naturales de Miramar, en Instagram: museodecienciasdemiramar.
Las rocas que conforman los espigones o defensas costeras,
naturalmente corresponden a sedimentos de un antiguo fondo marino de 490 millones de años. Para esa
época, no había vertebrados, pero si, una abundante y diversa forma de
invertebrados, que dejaron marcas de su actividad.
Estas rocas, colocadas artificialmente en nuestras costas o
utilizadas para la construcción, no posee cuerpos fósiles, pero si huellas o trazas
de actividad de numerosos animales y plantas del Periodo Ordovícico, de las que
obtuvimos decenas de registros.
Si bien están catalogados como otros icnofosiles paleozoicos
de la provincia de Buenos Aires como "fósiles problemáticos", es
probable que estas marcas se deban a las pistas originadas por la traslación de
anélidos marinos de tamaño grande.
En 2016, Mariano Magnussen del Laboratorio Paleontológico
del Museo de Ciencias Naturales de Miramar, hallo cerca del muelle de
pescadores de la ciudad, una gran roca de cuarcita, depositada allí
artificialmente, con el propósito de construir la defensa costera, la misma, portaba
una muestra de actividad animal, posiblemente del icnogenero Palaeophycus.
Esta roca que se emplea comúnmente en toda la costa
bonaerense para este fin, proceden de las canteras ubicadas en la localidad de Batan.
Estas marcas de actividad se caracterizan por sucos semirellenos de sutil
trazado, flexionados, superpuestos con sección regular mostrando bordes netos,
a veces giros y superposiciones sumamente variadas.
Antecedentes de estos hallazgos corresponden a la Estancia
La Celina en la provincia de Buenos Aires en 1945. Se encuentran en sedimentos
de arenas cuartiticas de grano fino. El promedio de medida de estas trazas es
de 1 metro de longitud y entre1 y 2 centímetros de ancho. En oportunidades se
encuentra asociado a trazas de otros organismos, como Corophioides y Tigillites.
Nuestro colega Carlos Adrián Quintana de la UNMdP, justamente
nombro a este tipo de muestras como “fósiles urbanos”, ya que también se los
puede observar en rocas utilizadas para la construcción.
El músico Eduardo Díaz, oriundo de la ciudad de Junín, y el
ilustrador Daniel Boh, de Miramar, lanzaron el proyecto audiovisual
“Pampatherium”. Se trata de una obra musical inspirada en la megafauna.
En diciembre de 2018, Díaz comenzó a escribir y componer
música instrumental inspirada en la megafauna. Hace unos meses tomó contacto
con el ilustrador Daniel Boh, quien se especializa en la paleofauna para darle
una proyección visual a Pampatherium.
Luego de largas llamadas telefónicas y de ajuste del trabajo
entre uno y otro creativo –quienes han terminado de darle forma en medio de la
pandemia- se llega al estreno de la obra, hecho que se realizará este viernes a
las 19 en la plataforma de Youtube.
El resultado de la fusión de ambos artistas es una propuesta
audiovisual en la que se recrea la atmósfera en la que vivieron estos grandes
animales. Los artistas se valen de la música y de la animación e ilustración
para darles vida.
“El Pampatherium es un armadillo de gran tamaño y su nombre
significa Bestia de la Pampa, en la búsqueda del nombre para este proyecto
musical elegí este título en representación de toda la obra”, contó Díaz.
La obra contiene siete composiciones: Pampatherium, Huellas
de Gliptodonte, Manada de Macrauchenia, Colosal Megaterio, El reinado del
Smilodón, Frío y supervivencia y Al acecho.
Cabe señalar que Boh es museólogo, director del Museo
Municipal Punta Hermengo de Miramar y paleoartista, es decir ilustra ambientes
prehistóricos con trabajos realizados para varios congresos y exposiciones
especializadas en nuestro país y en el extranjero, como Francia, República
Checa y Brasil y Canal Encuentro. Es ilustrador digital e investigador sobre
nuevos métodos de representación científica y reconstrucción histórica y autor
de artículos sobre divulgación científica e historia local.
Díaz, por su parte, es guitarrista, compositor y arreglador
musical. Es productor en La Novena Home Studio. Su disco anterior es Guitarra
Infinita (2017).
Además, estudió “Profesorado de Artes en Música Orientación
Instrumento – Guitarra” y es egresado del Conservatorio de Música de Junín y
“Técnico en Arreglos Musicales” egresado de la Universidad del Litoral (UNL).
Amplió su formación profesional con estudios particulares
de: Audio y Grabación, Armonía, Improvisación, Ensamble y Orquestación Musical,
Composición, Lenguaje Musical del Folklore Argentino y Latinoamericano, Rock,
Jazz y Tango.
Los paneles explicativos del Museo de Ciencias Naturales de
Miramar, son elogiados por los visitantes, no solo por el diseño gráfico, los textos breves y concisos, sino por el
trabajo artesanal y con relieves de toda la paneleria, cuyas imágenes sobresalen
del mismo, que en muy pocos lugares se puede observar. Este excelente trabajo
fue realizado porAlejandro
Galvano y Mariana Short, que trabajan para la Fundación Azara. Todos los paneles
y gráficos llegaron desarmados. Alejandro y Mariana los prepararon, los armaron
y montaron uno por uno en una semana. Otros de los trabajos bien valorados en
nuestra institución.