Las rocas que conforman los espigones o defensas costeras,
naturalmente corresponden a un fondo marino de 490 millones de años. Para esa
época, no había vertebrados. Uno de ellos, eran los Trilobites, antecesores de
los artrópodos.
Estas rocas, colocadas artificialmente en nuestras costas o
utilizadas para la construcción (conocida como piedra Mar del Plata), no posee cuerpos
fósiles, pero si huellas o trazas de actividad de numerosos animales y plantas
del Periodo Ordovícico, cuyos sedimentos originales afloran en las canteras de roca
cuarcitica de Batan y Chapadmalal.
Estos Icnofosiles (como se los llama en realidad) son muy
conocidos desde hace décadas por los investigadores en distintas partes del
mundo y en Argentina. El Museo de Ciencias Naturales de Miramar está haciendo
un relevamiento de los mismos para obtener información del pasado biológico y
geológico de nuestra región, y periódicamente les iremos contando algunas
curiosidades que encontramos en nuestra zona.
Rusophycus presente en rocas sedimentarias de facies
marinas profundas, marina superficial, fluvial y lacustre. Es uno de los
icnofósiles más representativos de la actividad etológica de trilobites si bien
son realizados por una gran variedad de organismos.
Este icnofosil corresponde a trazas de reposo, al funcionar
como cubil o madriguera. Algunos investigadores incluso han sugerido que
pudieran tratarse de nidos excavados para depositar en ellos huevos.
Han sido registrado en el Ordovícico temprano (480-490
millones de años) de la Cordillera Oriental, Puna, Sierras Subandinas,
Precordillera, Ventania y Tandilia, en territorio Argentino y en otras partes
del mundo.