lunes, 22 de junio de 2020

Sala III. Paleontología. El Pleistoceno. Los Ungulados Sudamericanos.


La  Megafauna del Pleistoceno. (2.000.000 a 10.000 años).

El término megafauna comprende al conjunto de animales cuya masa corporal adulta excede la tonelada de peso. Suele ser utilizado para hacer referencia a los gigantescos animales que vivieron entre los 2.000.000 y los 10.000 años antes del presente (en el Pleistoceno). Usted podrá conocerlos en esta sala y las dos siguientes.

Los representantes de la Megafauna en Miramar.

Los invitamos a remontarnos en el tiempo , a unos 100 siglos y comprobar que, recorrer Miramar y sus alrededores por ese entonces hubiera sido un verdadero safari, que en nada envidiaría a los que en la actualidad se pueden realizar en el continente africano.
Hasta hace más de 10.000 años mamíferos de gran rareza y tamaño, como perezosos terrestres, gliptodontes, toxodontes, macrauquenias, mastodontes. Tigres dientes de sable, osos y caballos americanos vivían en la zona. Esos fueron los amos y señores de estas tierras durante el Pleistoceno, una de las épocas geológicas en que se divide el Cuaternario, que a su vez es uno de los períodos de la Era Cenozoica . Desde luego esos mamíferos convivieron con la fauna silvestre actual se extinguieron entre fines del Pleistoceno y comienzos del Holoceno (es decir entre los 10.000 y 8.500 años atrás).
Los Ungulados Sudamericanos.


LOS NOTOUNGULADOS: Son un orden de mamíferos autóctonos totalmente extinguidos durante fines del Pleistoceno, hace 10 mil años. Se destaca un enorme esqueleto y un gran cráneo de Toxodon platensis, recuperado hace poco tiempo de un paleopantano en las inmediaciones de la localidad de Mar del Sud, próxima a Miramar.  El aislamiento geográfico de América del sur, permitió el desarrollo gradual de mamíferos muy extraños, los cuales se diversificaron ocupando  distintos ambientes. El Toxodon llego a medir unos 3 metros de largo y una masa estimada de una tonelada. 

El cráneo de este animal tiene un tamaño de 70 centímetros y sus mandíbulas provistas de incisivos de crecimiento continuo, cuyos esmaltes se representan en fajas longitudinales. Se asemejaban a los actuales hipopótamos y rinocerontes, pero sin parentesco alguno, es otro ejemplo de evolución paralela o convergencia adaptativa, es decir, cuando dos especies totalmente aisladas comparten nichos ecológicos similares, desarrollando algunos rasgos morfológicos notablemente parecidos. Su hábitat estaba conformado por llanuras abiertas y frondosos pantanos, alimentándose principalmente de vegetales, los cuales, podían ser extraídos con sus mandíbulas en forma de "pala".


LOS LITOPTERNOS: Se encuentra representado por varios restos mandibulares bien preservados, acompañada por una copia de un cráneo con mandíbula de Macrauchenia patachonica. Su aspecto en vida es digno de una película de ciencia-ficción. Su nombre significa "cuello largo". Sus dimensiones eran semejantes al de los camellos actuales, pero los orificios nasales y una gran fosa elíptica señala la presencia de una trompa, algo más larga que la del tapir actual. 

Poseía largas patas y pies ungulados, provistos de tres dígitos. Es probable que no corriera con mucha velocidad, ya que las proporciones de las patas traseras estaban invertidas, como ocurren con los animales no corredores, por ejemplo, la jirafa. Su alimentación estaba basada en vegetales de zonas pantanosas donde pasaba la mayor parte de su tiempo, y del pastoreo. Algunos autores han formulado la hipótesis de que estos mamíferos estaban adaptados a una vida semiacuática. Sin embargo, sus restos han sido hallados no sólo en depósitos asociados a cuerpos de agua sino también en eólicos correspondientes a ambientes áridos y semiáridos. Los molares superiores son de sección cuadrangular de corona alta. Se extinguió a fines del Pleistoceno y principios del Holoceno.