Los teratornos fueron aves voladoras
gigantescas de hábitos carroñeros y predadores que habitaron el continente
americano durante casi 25 millones de años hasta su extinción hace unos 12 mil
años. Sus restos fueron encontrados en Santa Fe, Pehuen Co y en las inmediaciones
de Miramar.
Se han reconocido unas siete especies
de teratornos, entre ellos Argentavis magnificens, hallado en la década de 1970
en La Pampa. Con un peso estimado en 70 kilogramos y una envergadura alar de
hasta 7 metros. Argentavis es el ave voladora de mayor tamaño conocida hasta el
momento.
Los primeros restos de teratornos
fueron descubiertos en 1909 en los célebres pozos asfálticos de Rancho La Brea,
California. Allí se recuperaron centenares de ejemplares pertenecientes a la especie
que da nombre a esta familia de aves extintas: Teratornis merriami (“ave
monstruosa de Merriam”, como refiere su nombre científico). A pesar de que se
conocen restos de estas aves desde hace más de un siglo, sus vinculaciones con
otras aves permanecen aún inciertas, postulándose relaciones con los cóndores,
los pelícanos y las cigüeñas.
“Se cree que los teratornítidos se
originaron en América del Sur ya que sus restos más antiguos fueron hallados en
yacimientos con edades de entre 25 y 5 millones de años ubicados en Brasil y
Argentina. Luego de este periodo de tiempo los teratornos desaparecen del
registro fósil sudamericano, pero se vuelven notablemente abundantes y diversos
en América del Norte hasta su extinción al final del Pleistoceno, unos 12 mil
años atrás. La ausencia de estas gigantescas aves durante los últimos 5
millones en América del Sur de años, era hasta el momento un misterio”, señala
Marcos Cenizo, de la Fundación de Historia Natural Felix de Azara.
Recientemente un equipo de investigadores
argentinos comunicó en la revista Journal of Vertebrate Paleontology el
hallazgo de nuevos teratornos en las provincias argentinas de Buenos Aires y
Santa Fe, revelando detalles acerca de la evolución tardía de estas aves en
América del Sur.
Los investigadores pertenecientes a
la Fundación Azara, el CICYTTP-CONICET Diamante, la Facultad de Ciencia y
Tecnología-UADER y el Museo Municipal de Ciencias Naturales Pachamama,
señalaron las fuentes: “Su presencia había pasado inadvertida por muchos años, algunos
materiales fueron colectados en la década del 30, en parte porque se trataba de
ejemplares muy fragmentarios y fácilmente confundibles con cóndores… pero hace
unos 10 años comenzamos a ver que no se trataba de cóndores, por suerte pudimos
hallar nuevos y más completos especímenes confirmando que en realidad eran
teratornítidos.”
“El primer ejemplar que identificamos
había sido hallado en los 80 en Playa del Barco, un yacimiento próximo a Pehuén
Có. Luego el equipo halló dos nuevos restos, uno dentro de la proyectada
Reserva Natural Centinela del Mar, próxima a Mar del Sud y Miramar, que en los
próximos meses inaugurada la Estación Científica en esta localidad; y el otro
en el río Salado de Santa Fe, cerca de Manucho. Se adicionó un ejemplar más, reportado
previamente como un cóndor, que fuera colectado entre 1930 y 1950, también en
esta última provincia.”
“El estudio comparativo de los restos
sugiere que podría tratarse de una nueva especie afín al norteamericano
Teratornis merriami, sin embargo, su confirmación requiere de restos más
completos. Por otra parte, el análisis de la diversidad y cronología de las
comunidades de aves carroñeras y predadoras de ambas Américas parece indicar
que los teratornítidos se extinguieron varios miles de años antes en
Sudamérica, mientras en Norteamérica llegaron a convivir con los primeros
grupos humanos hasta unos 12 u 11 mil años atrás.”
"Por su tamaño estas aves ocuparon
lugares significativos en las redes tróficas del Pleistoceno en América del
Sur, siendo de gran relevancia a la hora de comprender como funcionaron los
ecosistemas pasados y de este modo interpretar con mayor profundad el
funcionamiento de los actuales. Los ecosistemas son procesos históricos por lo
que debemos ahondar también en el pasado para comprender su origen, desarrollo
y estructura actual.”
En el estudio de estos materiales,
participaron los investigadores Marcos Cenizo, Jorge Noriega, Raúl Vezzosi, Daniel
Tassara, Rodrigo Tomassini, integrantes de las instituciones ya citadas.
El estudio
esta disponible como; First Pleistocene South American Teratornithidae (Aves):
New Insights into the Late Evolutionary History of Teratorns. Journal of
Vertebrate Paleontology.
https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/02724634.2021.1927064