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sábado, 7 de noviembre de 2020

El hombre fósil de Miramar: la alucinante teoría de Florentino Ameghino sobre el origen pampeano de la humanidad.

 





En 1898, las ideas más disruptivas del argentino Florentino Ameghino, naturalista autodidacta, teórico de las eras geológicas y estudioso de los huesos fósiles, desataron acalorados debates científicos en ambos lados del Océano Atlántico Fuente: Archivo - Crédito: Heinrich Harder

Facundo Di Genova Diario La Nación.

5 de noviembre de 2020  

Es el año 1898. Mientras Julio Argentino Roca se prepara para asumir su segunda presidencia, un inmigrante genovés naturalizado argentino al que todos conocen como "el gringo de los huesos" le muestra al mundo las pruebas que confirman su revolucionaria teoría sobre el origen de la humanidad.

El ser humano prehistórico no se habría originado en la Europa de los Neandertales, sino en Sudamérica y en la Argentina, puntualmente en la región pampeana de Buenos Aires, y la prueba más contundente de este postulado es "El hombre fósil de Miramar", hallado en 1888 por el recolector de huesos Andrés Canesa en el arroyo La Tigra de Mar del Sud.

El autor de la alucinante teoría sobre el "origen pampeano de la humanidad" es Florentino Ameghino; un naturalista autodidacta, teórico de las eras geológicas y estudioso de los huesos fósiles, cuyas ideas más disruptivas desatan acalorados debates científicos en ambos lados del Océano Atlántico.

Así termina el iluminado siglo XIX en Occidente: con una efervescencia científica pocas veces vista en todas las disciplinas del conocimiento y con las principales mentes de Europa y Norteamérica mirando hacia el sur, preguntándose cómo puede ser que el origen de la humanidad estuviera en nuestro continente.

Ameghino y la antigüedad del hombre en el Plata

No era la primera vez que Ameghino sacudía al mundo científico con sus ingeniosas hipótesis, en un contexto donde los exploradores más atrevidos recorrían el mundo en busca de huesos que probaran el antecedente más antiguo de nuestra especie.

El genovés criado en Luján junto a cuatro hermanos había viajado a París en 1878, con el poco dinero que pudo recolectar vendiendo sus colecciones de fósiles, para presentarse en el Congreso Internacional de Americanistas, vincularse con la vanguardia científica de la época y promover sus principales argumentos acerca del origen de la humanidad.

La apuesta dio sus frutos. Ameghino contrajo matrimonio con la joven francesa Leontine Poirier -en adelante su principal colaboradora literaria-, vivió dos años en Francia y publicó, en 1880, su libro capital: El origen del hombre en el Plata.

Allí afirmó que el hombre y los mamíferos se habían originado en América, puntualmente en la pampa argentina, yendo todavía más allá de las teorías evolucionistas de Charles Darwin, de cuya obra se hizo eco en estas latitudes.

Pero, cuando regresó al país, Ameghino no solo no fue recibido con honores, sino que fue declarado cesante de su cargo en el Museo de La Plata. Lejos de deprimirse, aceleró la publicación de su obra en castellano (1881) y abrió una librería en la capital bonaerense llamada El Glyptodon, con Leontine como principal impulsora.

Ese mismo año, Ameghino divulgó también otra de sus grandes hipótesis: la coexistencia del humano prehistórico americano con los megamamíferos, también conocidos como megafauna, entre los que se cuentan el gliptodonte y el megaterio.

Esta idea fue rechazada de plano por las principales figuras paleontológicas de la época sin saber que, pocas décadas después, serían rotundamente confirmadas.

Ales Hrdlicka: su gran detractor

El principal detractor de las ideas de Ameghino fue un checo nacionalizado estadounidense, miembro del Instituto Smithsoniano y fundador del American Journal of Physical Anthropology, Ales Hrdlicka, quien promovía una teoría sobre la población continental que chocaba de frente con la teoría ameghiniana.

América no es la cuna de la humanidad, sostenía Hrdlicka: solo había recibido las migraciones de poblaciones asiáticas a través del Puente de Beringia o el corredor terrestre que se formó entre Siberia y Alaska luego de la última glaciación, conocida como Era del Hielo.

Según el checo, esto había sucedido hace unos 12 mil años, por lo que el hombre sudamericano jamás hubiera podido coexistir con la megafauna, como se denomina a los mamíferos gigantes.

Sin embargo, el padre de la paleontología argentina sostenía que el "Hombre fósil de Miramar" provenía del "pampeano inferior", es decir, que tenía más de 2 millones de años, lo suficiente como para ser considerado el "origen" de la humanidad y echar por tierra al esquema de Hrdlicka.

"Cuando la teoría de Ameghino fue puesta en duda, también se puso en cuestión que el hombre sudamericano hubiera coexistido con la megafauna; ellos postulaban, al contrario que Ameghino, que el hombre americano había llegado después de la extinción de los grandes mamíferos. Hallazgos en décadas posteriores, muchos de ellos realizados en la provincia de Buenos Aires y en la Patagonia, demostraron que el hombre sudamericano convivió con megaterios, gliptodontes, hippidiones [el caballo original americano] y también con la llama gigante", destaca a LA NACIÓN Mariano Magnussen, del laboratorio paleontológico del Museo de Ciencias Naturales de Miramar y Fundación Azara.

"Florentino publicó en 1884 el descubrimiento de fósiles de Homunculus patagonicus, que es la única especie del género monotípico extinto de primate platirrino (un pequeño mono) y que vivió en la Patagonia argentina cuando era una selva tropical en el Mioceno, hace unos 17 millones de años antes del presente. Ese hallazgo de monos tan antiguos, y el hallazgo de restos humanos del Plioceno de Miramar y otros puntos de la costa bonaerense, cerraban la teoría del origen pampeano de la humanidad", agrega Magnussen.

Del Homo pampeanus al Phorusrhacos longissimus

"Cambiaré de opinión tantas veces y tan a menudo como adquiera conocimientos nuevos, y el día que perciba que mi cerebro ha dejado de ser apto para esos cambios, dejaré de trabajar. Compadezco de todo corazón a todos los que después de haber adquirido y expresado una opinión, no pueden abandonarla nunca más", escribió Florentino Ameghino, poco antes de morir, el domingo 6 de agosto de 1911 a las 8.20 de la mañana en la ciudad de La Plata. Tenía 57 años.

La diabetes del naturalista había empeorado después del golpe emocional que significó la muerte de su compañera Leontine y ya no volvió a recuperarse. Su hermano Carlos Ameghino, el menor de la familia y principal recolector de fósiles en el territorio, continuó su legado y la defensa de sus principales ideas y descubrimientos.

Entre ellos, el hallazgo y descripción pormenorizada, a partir del fósil de una mandíbula, de un enorme pajarraco prehistórico patagónico de Santa Cruz, el Phorusrhacos longissimus (1887).

Esta ave carnívora no voladora que midió hasta tres metros de altura se cuenta entre los principales depredadores de América del Sur, vivió entre 2 y 60 millones de años atrás (era Cenozoica) y también es conocida como "ave del terror" o "pájaro terrorista".

Sospechas de fraude, entre Lorenzo Parodi y Charles Dawson

Con la muerte del sabio, sus críticos promovieron una canibalización de sus ideas. Sobre todo, porque algunos de los hallazgos analizados "no se encontraban en su contexto original o incluso algunos quedaron bajo una fuerte sospecha de fraude científico por parte de sus colectores", cuentan en el Museo de Ciencias Naturales de Miramar.

Finalmente, se supo que el cráneo de La Tigra que Florentino Ameghino asignó a la especie Homo pampaeus correspondía a nuestra misma especie, Horno sapiens.

Si bien resultó ser más moderno que lo supuesto, fechados recientes indican que tiene una antigüedad superior a los 7000 años", destacan los naturalistas miramarenses.

Sin embargo, no fue este hecho lo que puso en cuestión toda su obra, honesta desde lo intelectual, sino el trabajo de campo de otro inmigrante genovés radicado en Necochea, Lorenzo Parodi.

Con Florentino ya muerto, y mientras la Argentina del Primer Centenario se erigía como una potencia pujante con élites dirigentes que promovían las ideas del progreso científico, las autoridades de la Universidad de La Plata impulsan una expedición en 1912 en busca de restos fósiles en las localidades de Miramar, Monte Hermoso y Valcheta para verificar la ideas del "Hombre fósil de Miramar", en un contexto mundial donde los intelectuales de todo el mundo buscaban nuevas explicaciones acerca del origen de la humanidad.

or invitación de Carlos Ameghino, "una comisión científica viajó a Miramar para inspeccionar los sitios donde Parodi había hecho sus descubrimientos, en la cual participaron los principales investigadores de la época", cuentan Eduardo Tonni, Ricardo Pasquali y Mariano Bond en Ciencia y Fraude: el hombre fósil de Miramar (Ciencia Hoy, 2001).

El descubrimiento más extraordinario fue realizado por el mismo Lorenzo Parodi y fue conocido como "el fémur de toxodon flechado", lo que confirmaba tempranamente la hipótesis ameghiniana de que el humano americano había coexistido con la megafauna.

En este contexto, Carlos Ameghino planteó sus dudas en la revista Physis (1918) y "expresó que Parodi fue el único que descubrió los yacimientos", caracterizaron los investigadores.

Al hueso del toxodon le habían incrustado maliciosamente un instrumento lítico humano que servía de raspador a la vez que cortador, en una especie de acto desesperado para forzar la comprobación de la hipótesis.

"Lo que no sabemos es quién fue el autor del fraude. ¿Fue Parodi el responsable? ¿Fue víctima de una broma, como era común, por otra parte, en el medio rural en la época? Quizás nunca lo sabremos", refieren los académicos.

Otro fraude, todavía más escandaloso, ocurría al mismo tiempo en Inglaterra.

En 1912, el anticuario Charles Dawson había desenterrado en las afueras de Piltdown Common, en el sur inglés, los restos de un cráneo humano cuyo aspecto era muy primitivo.

El hallazgo se publicó en la revista científica Geological Society de Londres firmado por el paleontólogo Arthur Smith Woodward con el nombre Neoantrhopus dawsoni, el humano más antiguo jamás hallado o el eslabón perdido del ser humano.

El descubrimiento competía con la hipótesis de Ameghino, pero sobre todo con el hallazgo de 1856 cerca de Düsseldorf (Alemania) en el valle alemán de Neander, conocido como Neandertal.

El Neoantrhopus dawsoni u "Hombre de Piltdown" fue un fraude rotundo que se sostuvo durante más de cuarenta años, cuando en 1953 se descubrió que el cráneo correspondía en realidad a un ser humano moderno de no más de 50 mil años de antigüedad, y que además le habían insertado un trozo de mandíbula de un orangután para que pareciera todavía más antiguo.

Ameghino, el precursor de la prehistoria americana

Más temprano que tarde, se supo que la obra de Ameghino fue totalmente ajena a este tipo de adulteraciones científicas. "Más allá de las grandes correcciones de las teorías ameghinianas, es indudable la enorme contribución al conocimiento científico sudamericano, con más de 6 mil nuevas especies descriptas y una obra que supera las 30 mil páginas", considera Magnussen.

Especialistas en Ciencias Naturales de todo el mundo reconocen sus ingeniosas teorías como vigentes e ineludibles, aun cuando el "Hombre fósil de Miramar" y el cráneo hallado en el arroyo La Tigra no hayan sido ni tan originales ni tan antiguos como él pensaba.

Ver nota completa en https://www.lanacion.com.ar/ciencia/el-hombre-fosil-miramar-alucinante-teoria-florentino-nid2501149?fbclid=IwAR28Iiqeez58NQ4U_J4-6HP0g-ulXXAI2LdKOHZg63le7MekqVcyftVP3vQ

  

 


miércoles, 9 de septiembre de 2020

El Hombre fósil de Miramar.



Investigaciones arqueológicas en Miramar constituyeron un punto de  gran interés para comunidad científica de fines del siglo XIX primeras décadas del siglo XX. Este interés estaba vinculado con establecer la antigüedad de las poblaciones humanas en el continente americano.

Florentino Ameghino, basado en los hallazgos de Miramar y de otros puntos de la costa bonaerense, propuso que el origen de la humanidad había sido en nuestras pampas. El sabio argentino analizó restos humanos hallados en Miramar para sostener parte de sus ideas, incluyendo un cráneo que asignó a la especie Homo pampaeus.

Con el correr de los años los arqueólogos demostraron que las ideas propuestas por Florentino Ameghino y sus seguidores respecto a la antigüedad de los seres humanos en nuestras pampas no eran correctas.

En varios de los hallazgos analizados no se encontraban en su contexto original o incluso algunos quedaron bajo una fuerte sospecha de fraude científico por parte de sus colectores. Otras ideas de Florentino Ameghino sobre a la coexistencia de nuestra especie con la megafauna extinta en América del Sur han sido corroboradas en tiempos recientes.

En las imágenes se observa el famoso fémur de Toxodon chapadmalensis “flechado” encontrado en Miramar en 1914, que genero polémicas académicas mundiales (copia del original traída al museo por Adrián Giacchino en 1994). Ilustración de Daniel Boh. Tomadas de la sala de Arqueología del Museo de Ciencias Naturales de Miramar.


viernes, 8 de mayo de 2020

Lorenzo Parodi, el buscador de fósiles de Miramar que genero polémicas científicas a nivel mundial.



Lorenzo Parodi (1857-1932) Inmigrante genovés radicado primero en Necochea y luego en Miramar, donde paso mayor parte su vida. En el año 1913 fue contratado por Ángel Gallardo (1867-1934), director del Museo Nacional de Historia Natural, para realizar trabajos de exploración en la costa atlántica. Descubrió fósiles en las barrancas de Gral. Pueyrredón y Gral. Alvarado, y particularmente en los arroyos Las Brusquitas, Chapadmalal, El Durazno, Ballenera, La Carolina, 

La Tigra, Chocorí, El Pescado, Nutria Mansa, Malacara y El Moro. Recolectaba fósiles en la costa atlántica para Florentino Ameghino y luego siguió trabajando para Carlos Ameghino y Ángel Gallardo, prestando servicios al entonces Museo Nacional de Buenos Aires. Los polémicos hallazgos de Parodi en Miramar que sustentaban las teorías ameghinianas sobre el origen del hombre, llevaron décadas de debates a nivel mundial, algunas resueltas recientemente. 

Parodi, inspiro a varios de sus descendientes, que también tuvieron papeles importantes en la ciencia Argentina. En nuestra zona, Lorenzo recupero centenares de fósiles, y muchos de ellos únicos para la época. Algunas especies fueron bautizadas en su honor.

miércoles, 6 de mayo de 2020

Sala Histórica. Desde las primeras exploraciones en Miramar hasta la creación de este Museo.





En la Sala I Histórica, el visitante puede verificar la importancia científica de Miramar desde fines del Siglo XIX. En esta zona grandes exploradores y pioneros en las ciencias biológicas han realizado descubrimientos de interés mundial, aun en uso en el ámbito académico, tanto para la paleontología como para la arqueología y ciencias afines. Por medio de paneles con imágenes en relieve, el visitante podrá observar como Miramar fue el centro mundial a nivel científico durante años. Finalizando con los hallazgos de la actualidad y la creación y fundación del Museo de Ciencias Naturales de Miramar.

Las primeras exploraciones científicas en Miramar.

Miramar y sus alrededores atrajeron la atención de varios de los más destacados naturalistas con que contó nuestro país en el siglo XIX y principios del siglo XX, especialmente por sus fósiles.

Los hermanos Florentino y Carlos Ameghino, Santiago Roth o más tardíamente Lucas Kraglievich estudiaron la riqueza paleontológica de la zona. Desde el Museo de La Plata y el actual Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" -que ha tenido a lo largo de su historia distintas denominaciones- se realizaron numerosas campañas científicas, que con distinta frecuencia y envergadura continuaron hasta la actualidad.

Material científico enviado al Museo Nacional de Historia Natural.

Para el año 1926 se produjo el varamiento de una ballena fin Balaerioptera physalus) al norte de Miramar. El ejemplar fue documentado por José M. Dupuy (h) y Lorenzo Parodi.
El Museo Nacional de Historia Natural (hoy Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia) solicitó el esqueleto del mismo mediante una nota ,enviada a Dupuy por su entonces director Martín Doetto jurado (I884-1948), aunque por alguna razón esto no se concretó.

Tanto José María Dupuy como Lorenzo Parocli con frecuencia enviaron material de  interés científico descubierto o colectado en Miramar y sus alrededores (por ejemplo fósiles y esqueletos de delfines) al Museo Nacional de Historia Natural y recibieron en Miramar a naturalistas de esa institución v del Museo de La Plata.

La ballena azul de Miramar

En el mes de septiembre del año 1897, al sur de Miramar, se registró el varamiento de un ejemplar hembra de ballena azul (Balaenoptera musculus) de casi 3o metros de longitud. Fue estudiado por el naturalista Fernando Lahille (1861-1940), quién pensó que se trataba de una nueva especie, a la que denominó Balaenoptera miramaris. Su cráneo está actualmente exhibido en la sala de vertebrados acuáticos del Museo de La Plata.
En un panel de la sala se puede observar publicaciones graficas de la época (año 1898) sobre el ejemplar de ballena azul varado en Miramar.

Antecedentes de este Museo en Miramar.

A comienzos del siglo XX José María Dupuy (1881-1973), hijo del cofundador de Miramar, asumió como Subprefecto para ocuparse de la seguridad marítima y de los bañistas que llegaban por ese entonces a Miramar para pasar el verano.

Desde el año 1912 destinó su tiempo libre a la recolección de objetos de historia natural que exponía posteriormente en un local del edificio de Subprefectura, ubicado en la antigua rambla (hoy desaparecida) frente a la avenida Bartolomé Mitre. Se trató del "primer museo" para la localidad. Su amistad con el naturalista viajero Lorenzo Parodi (1857-1932) hizo que se contactara con las más importantes personalidades científicas de su época, de lo cual existe una interesante documentación en los archivos de este museo. El mismo Lorenzo Parodi poseía una "chacra-museo" en Miramar.

José María Dupuy dejó su cargo en el año 1930 y se trasladó a Quilmes llevándose su colección particular. Similar suerte corrió la colección de Lorenzo Parodi.
En 1977 se crea el Museo Municipal Punta Hermengo (Historia y Tradición – Ciencias Naturales).

En la década de 1970, un grupo de entusiastas aficionados impulsó la idea de "un museo" para Miramar, que se concretó en el año 1973. Sin embargo luego de un período de conflictos la mayor parte del material reunido se perdió.

Entre los años 1975 y 1976 la Municipalidad de General Alvarado y una Comisión presidida por et Dr. Juan Manuel Duclós Peña y Roxana Sciorilli-Borrelli, solicitaron a las autoridades provinciales unos edificios ubicados en el Vivero Dunícola "Florentino Ameghino" para inaugurar un nuevo museo, lo cual se concretó el 17 de agosto del año 1977. Se lo concibió con dos áreas, una histórica-tradicional y otra de ciencias naturales. El nombre "Punta Hermengo" se debe a un accidente geográfico ubicado sobre la costa, a unos pocos metros de la entrada al Vivero, y conocido desde el siglo XVIII.

En 2019 se crea y funda el Museo de Ciencias Naturales de Miramar.

El 22 de febrero del año 2019 se firma un convenio entre la Municipalidad de General Alvarado y la Fundación Azara que posibilitó la creación del Museo de Ciencias Naturales de Miramar "Punta Hermengo", sobre la base de las colecciones del área de ciencias naturales del antiguo museo municipal.

Concretándose así un viejo anhelo del personal del museo, sus colaboradores y la comunidad. Hoy el museo es un espacio dedicado a la investigación científica; a la conservación de colecciones paleontológicas, biológicas y arqueológicas; a la educación; y a la cultura.

Se fundó y abrió al público el día 20 de septiembre de 2019 (en el 131º aniversario de la ciudad), ante gran cantidad de público y principales científicos del país.


domingo, 3 de mayo de 2020

El Homo pampeus. Los restos humanos del Arroyo La Tigra según Ameghino.



El esqueleto del Arroyo La tigra, también conocido como “El esqueleto de Miramar”, fue hallado en 1888 por Andrés Canesa, precisamente, en este mismo año,  se fundó el pueblo  de Mira Mar. Canesa, fue un recolector de fósiles que trabajaba para el Museo de La Plata.

En estas imágenes se observan el cráneo y parte del esqueleto humano del Arroyo La Tigra, y que, al igual que los restos del Arroyo Chocori, le sirvió a Florentino Ameghino plantear teorías sobre el origen terciario del hombre americano, hoy en día totalmente corregidas. Este cráneo junto a otras partes del cuerpo se encontraban exhibidas en el Museo de La Plata hasta 2006.

El lugar exacto del hallazgo no se conoce. Pero fue descubierto cerca de la desembocadura del Arroyo La Tigre de la localidad de Mar del Sud, a unos 17 kilómetros de Miramar. La primera mención de este esqueleto fue realizada por Florentino Ameghino en 1898, y lo expreso como el “Cráneo humano del Plioceno de Miramar”, señalando que se trataba del cráneo humano más antiguo que se conocía hasta el momento. Viendo estos rasgos primitivos, Ameghino lo dio a conocer como Homo pampeus.

Posteriormente Hrdlička,  realizó un estudio en 1912 sobre los restos humanos del Arroyo La Tigra y concluyo de que se trataba de un hombre adulto de mediana edad y señalo que tenía rasgos similares a los esqueletos de aborígenes sudamericanos. En 2011 Politis y otros autores,  realizaron una datación moderna sobre el radio (hueso del brazo) y dio una antigüedad de 7250 años antes del presente.

Si bien no tenía la antigüedad que pretendió Florentino Ameghino, se trata de unos de los restos humanos más interesantes y más estudiados por los investigadores durante décadas, encontrándose entre los más antiguos para el Holoceno. Fotos; Mariano Magnussen. Texto basado del estudio “Nuevos datos sobre el hombre fósil de Ameghino” por  Gustavo Politis y Mariano Bonomo (2011).


miércoles, 15 de abril de 2020

El Cráneo humano del Arroyo “El Chocori”. y las teorias de Ameghino sobre el origen del hombre americano.



En esta imagen se observa el cráneo humano del Arroyo Chocori (Partido de General Alvarado), hallados cerca de Miramar en 1893, y que le sirvió a Florentino Ameghino plantear teorías sobre el origen terciario del hombre americano, hoy en día totalmente corregidas.

Este cráneo junto a otras partes del cuerpo se encontraban exhibidas en el Museo de La Plata hasta 2006. Estudios modernos y recientes sobre este material, señala que se trataría de una mujer de mediana edad y que vivió es esta zona hace unos 7 mil años antes del presente.

Una reproducción hecha por Mariano Magnussen, se exhibe actualmente en la primera sala de Arqueología del Museo de Ciencias Naturales de Miramar, junto a otros restos y los gráficos de las teorías ameghinianas. 

Primer foto craneo en el Museo de La Plata. Segunda foto, Sala de Arqueologia del Museo de Ciencias Naturales de Miramar.