Este maravilloso animal que camino en nuestra zona hace varios miles de años, es además el emblema de nuestra institución, debido a los magnificas evidencias fósiles encontradas en nuestra ciudad.
El tigre dientes de sable fue uno de los grandes triunfos
evolutivos de los mamíferos depredadores. Smilodon significa “dientes de
sable”, característica que evidencia su acentuada especialización en la cacería
de presas grandes, como el megaterio y el mastodonte, enormes mamíferos hoy
desaparecidos.
El primer hallazgo de un smilodonte en nuestro país fue
realizado por el naturalista Francisco Javier Muñiz en 1844, en la barranca del
Río Luján. En 1842 un paleontólogo danés, Peter Lund, halló fósiles en unas
cavernas del sur brasileño. El Smilodon superaba el peso y tamaño que el león
actual; sin embargo, sus proporciones corporales diferían de las de cualquier
félido moderno.
Las extremidades posteriores del Smilodon populator eran más
cortas y robustas, su cuello proporcionalmente más largo, y el lomo más corto.
La extraordinaria peligrosidad de este félido se debía al gran desarrollo de la
parte anterior de su cuerpo y al tamaño asombroso de sus caninos superiores,
que llegaban a sobresalir más de quince centímetros.
A diferencia de la mayoría de los félidos, tenía un rabo
corto, como el lince o el gato montés actual. Todo su cuerpo tenía una
estructura poderosa y los músculos de los hombros y del cuello estaban
dispuestos de tal manera que su enorme cabeza podía lanzarse hacia abajo con
gran fuerza.
Las mandíbulas se abrían formando un ángulo de más de 120
grados, permitiendo que el par de los inmensos dientes de sable que tenía en el
maxilar superior se pudiera clavar en sus víctimas. Los dientes de sable eran
ovales en sentido transversal, lo que aseguraba una mínima resistencia cuando
se hundían en su presa. También estaban aserrados por el extremo posterior,
permitiendo atravesar la carne de la víctima con mayor facilidad.
Así vivió desde hace un millón de años, hasta que la llegada
del hombre y la desaparición de las grandes presas provocó a su vez la
extinción del tigre dientes de sable hace apenas unos 8000 años.
En el año 2015, Mariano Magnussen del laboratorio paleontológico
del Museo de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar, descubrió un sitio
paleoicnologico en esa ciudad. Se identificaron las pisadas de un gran tigre
dientes de sable, las cuales fueron recuperadas junto a Daniel Boh, de la
misma institución. Recientemente (2018) se presentó esta nueva icnoespecie como
Felipeda miramarensis, únicas en el mundo.
Mas info en http://www.museodemiramar.com.ar/museodemiramar/naturales/paleontologia.htm