Los armadillos, osos hormigueros y perezosos actuales
pertenecen al grupo de los xenartros. La palabra xenartro, que significa
articulación extraña, hace referencia a una articulación suplementaria que
existe entre las vértebras de estos mamíferos. A su vez el nombre de edentados,
como se denomina también a este grupo, tiene su origen en la reducción del
número de dientes, que llega a ser total en el oso hormiguero. También se
caracterizan por la falta de esmalte en sus dientes, con excepción de algunas
formas primitivas. Los xenartros pilosos o tardígrados se caracterizan por
poseer el cuerpo cubierto de un espeso pelo, sin una armadura como en los
cingulados, aunque en algunas formas fósiles había un escudo óseo entre la
piel. Los perezosos vivientes son mamíferos herbívoros de movimientos lentos
que habitan en los árboles de los tupidos bosques y selvas de América del Sur y
Central. Son muy distintos de sus parientes fósiles pampeanos, que eran de
tamaños colosales y movimientos más ágiles.
Perezosos Gigantes Extintos; En la sala del Museo de
Ciencias Naturales de Miramar, se exhiben algunos de los centenares de restos
fósiles de estos gigantes. Los "Pilosa" (Perezosos) en la
actualidad se encuentran representados por mamíferos pequeños y medianos, como
osos hormigueros y perezosos de tres dedos, que pasan la mayor parte de su
tiempo colgados en los árboles, moviéndose en forma muy lenta, debido a su bajo
metabolismo, pero en el Pleistoceno habitaron en nuestro territorio formas
gigantescas.
El Megatherium americanum, sin ninguna dudas fue el
mamífero terrestre prehistórico mas grande de la región pampeana y en el
Pleistoceno sudamericano. Superaba los 4,5 metros de altura cuando se paraba
sobre sus patas traseras y con su larga y robusta cola formando una
especie de "trípode" permitiéndole llegar de esta forma a las hojas
de los árboles y tener un mejor panorama de todo su alrededor. El peso estimado
de esta especie es de 5 toneladas, algo así como dos elefantes. Su cuerpo
estaba recubierto por una fuerte pelambre. Sus patas delanteras eran largas y
fuertes, acompañadas por cuatro garras, lo que le permitía acceder de mejor
manera a los vegetales que formaban parte de su dieta. En la sala del Museo de
Miramar se pueden observar un cráneo muy completo y un voluminoso fémur,
mientras en las colecciones se resguardan numerosos restos.
El Lestodon arnatus, es el segundo perezoso de
mayor tamaño. Aunque recientes restos fósiles hallados cerca del muelle de
pescadores e nuestra ciudad, demuestra la existencia de grandes individuos, con
talla similar o tal vez superior al anterior. El Lestodonte, al igual que sus
parientes era un herbívoro, el cual recogía su comida a orillas de los pantanos
o cauces fluviales. Medían aproximadamente unos 4 metros de longitud. Su
cráneo tenia una región rostral muy ensanchada. Los huesos de sus miembros eran
grandes y gruesos. Su dentición era simple, pero resaltan hacia afuera de la
boca unos caniformes muy grandes, lo que se convertía en una defensa contra los
posibles depredadores. Su masa estimada es de 2,5 toneladas.
El Catonyx tarijensis, fue otro extraño
perezoso gran tamaño y hábitos terrestres, corpulento, con cabeza
grande y una cola larga y pesada. Los pies largos y con garras envueltas hacia
adentro al igual que los otros Pilosa ya descriptos, por lo tanto caminaba
apoyando sus nudillos. Es probable que pudiera ponerse en dos patas y mantener
el equilibrio con la cola, utilizando sus garras para llevarse el alimento a la
boca. Tenia 3.5 metros de largo y 1,7 de alto. Su masa estimada fue de una
tonelada y su extinción ocurrió durante el Holoceno medio, hace 8 mil años
antes del presente. Su cuerpo estaba cubierto por una espesa y densa pelambre y
embebidos en la piel se encontraba un gran numero de huesillos (osteodermos),
en forma y tamaño variables, generalmente superiores a un centímetro de
diámetro. En nuestro Museo se exhibe un gran cráneo.
El Scelidotherium leptocephalum, era de tamaño
menor y del grupo de los Xenarthros (perezosos), fueron los mamíferos más
comunes del paisaje en el Pleistoceno, ya que sus restos fósiles son muy
abundantes en los depósitos sedimentarios de este periodo. Tenía 1,7
metros de alto y 3,5 de largo. Su peso estimado es de una tonelada. El cráneo
es alargado, bajo y estrecho, con un rostro proyectado hacia adelante. Su
alimentación consistía de vegetales que hallaba en áreas secas. En el año 2002
se halló en Miramar una paleocueva con galerías, dos cámaras y garras marcadas
en paredes y techos. Su extensión supera los 26 metros de largo y un diámetro
que llegaba al 1,90 metros, y se podía observar su antigua conexión con la
superficie. Así mismo, en 2004, personal de este Museo, recuperó en la
localidad de Mar del Sud (15 kilómetros de Miramar) el esqueleto de un adulto,
abrazando a un juvenil. La hipótesis, es que se trata de una hembra junto
a su cría y que murieron en su madriguera hace más de 100 mil años antes del presente.
En este museo se conservan decenas de restos de Celidoterio, mientras que en
exhibición se pueden observar un cráneo y manos completas, y el la sala cinco,
se expone un esqueleto completo.
Los Gliptodontes: Es tal vez la familia extinguida más popular de todos los mamíferos fósiles, cuyo nombre significa "diente
tallado" (alude a la compleja forma de sus dientes). La característica
principal de este grupo es su coraza, la cual no poseía bandas móviles como los
armadillos actuales, lo que limitaba sus movimientos, formadas por placas óseas
circulares e irregulares que embonaban como un mosaico. Patas cortas y
robustas. Su origen se remonta al Eoceno, hace 45 millones de años, pero recién
al final del Plioceno y durante todo el Pleistoceno tuvieron una gran diversidad,
formas y tamaños. Al parecer no se alimentaban de hormigas como sus parientes
modernos, sino de pastos y otras plantas duras. Se conocen alrededor de 65
especies de , los cuales presentan tres formas fundamentales, que se explican
en la Sala del Museo.
El Neosclerocalytus ornatus, fue la más pequeña de
todas las especies de los Gliptodontes que habitaron en América del Sur. Tenía
un caparazón alargado y bajo, con placas fáciles de identificar por el
predominio en su diseño de la figura central sobre las periféricas. Su cabeza
estaba protegida por un escudete óseo y su cola recubierta por cuatro anillos
móviles y un tubo largo y cilíndrico, capaz de ser usado como arma. En las
colecciones del Museo de Ciencias Naturales de Miramar resguardamos una amplia
variedad de restos, e incluso una especie única.
El Glyptodon cavipes, tenía 3,5 metros de largo y
1,4 de alto. Su cráneo estaba protegido por una coraza cefálica. Su coraza ósea
no tenia anillos móviles, cuya características es propia de esta familia de
mamíferos desaparecidos. El tamaño de este caparazón es de unos 2,5 metros de
largo por 2 metros de ancho, cuyas placas engrosadas entre si varían de 1 a 7
centímetros de diámetro, las cuales son fáciles de identificar por su forma de
"flor". Su cola carecía del anquilosamiento de los anillos terminales
en forma de tubo descriptos en los otros géneros. Esta se encuentra formada por
una serie de anillos móviles de diámetro decreciente, conformada por unos siete
anillos con placas de forma relativamente grotesca y en punta. El Museo de
Miramar posee tres corazas y numerosos restos de Glyptodon. En la sala de
exhibición número Cinco se encuentra un esqueleto de este genero, mientras en
la cuatro se exhiben varios restos y una cola completa.
El Doedicurus tuberculatus, fue la especie de mayor
tamaño dentro de la familia de los Gliptodontes. Tenía 4,3 metros de largo y 2
metros de alto. La coraza tiene una forma muy particular, presentando una
especie de joroba en su parte más alta, con placas más laxamente unidas que en
otros parientes de la época. Su cola estaba formada por cuatro anillos, un tuvo
cilíndrico de un metro de largo y en su término poseía una masa ósea con púas
corneas, convirtiéndose en una técnica de defensa contra los habituales
depredadores. Sus extremidades son sorprendentemente robustas y su columna y
cadera se encuentran soldadas al caparazón del animal. Se alimentará al igual
que otros de sus parientes de pastos cortos y de zonas semi-aridas. Su masa
estimada en vida es de 2 toneladas.
Los Dasipodidos o armadillos; es una familia que agrupa a
animales cuyos cuerpos se hallan protegidos por una coraza ósea y placas
dérmicas, la que se divide en dos partes, una la coraza escapular y la otra la
coraza pélvica, separadas por varias bandas móviles que varían en su cantidad
según la especie. En la actualidad se encuentran representados por mamíferos de
pequeño tamaño como los peludos y las mulitas, o el Tatu Carreta como máximo
exponente. Durante la era Cuaternario vivió una mulita gigante llamada Pampatherium
typum, cuyo nombre significa "bestia de la pampa". Es probable que su
peso fuese de unos 225 kilogramos y superaba los 2,5 metros de longitud.
El Chaetophractus sp fue un armadillo
fósil emparentado con el mismo género viviente (el peludo pampeano). El origen
de la presente estirpe es sudamericano, cuyos restos fósiles de sus antecesores
corresponden al Eoceno, es decir, hace unos 45 millones de años antes del
presente, pero al restablecerse la unión de ambas Américas, este género se desplaza
hasta la parte media de Norteamérica. Era un armadillo acorazado. La
armadura de este animal estaba constituida por un mosaico de pequeñas placas
óseas que se desarrollan en la capa inferior de la piel o dermis, y están
recubiertas de epidermis córnea. Constituye un sistema de protección contra los
depredadores; y en este género estaba protegida incluso la cola. Las placas
formaban un escudo de una sola pieza sobre los hombros y otro sobre los cuartos
traseros. Restos fósiles de este y otros géneros morfológicamente similares son
hallados con frecuencia en los afloramientos sedimentarios correspondientes al
Plioceno y Pleistoceno de Miramar.
El Eutatus seguini fue tal vez el último de los
armadillos gigantes. Su registro fosilífero abarca desde el Pleistoceno
inferior (2 millones de años) hasta el Holoceno temprano ( 8 mil años),
encontrándose en algunos casos, asociados a restos óseos de otros animales por
actividad antropica, es decir, que han presentado manipulación por antiguos
grupos humanos. Al igual que los armadillos, posee un escudete de placas
óseas en su cráneo, conocido también como escudete cefálico. Su coraza dorsal
es robusta, y poseía unas 33 bandas móviles que cubrían las dos terceras partes
del caparazón. En cada mandíbula poseía de 9 a 10 dientes, los cuales utilizaba
para comer carne en descomposición, huevos, larvas, caracoles y algunos tallos.
Construían grandes galerías subterráneas, con cámaras amplias para proteger sus
crías. Su cráneo era alargado. Sus patas eran cortas y robustas, protegidas por
unas enormes falanges ungueales o garras, las cuales, eran justamente
utilizadas para cavar. En el Museo de Ciencias Naturales de Miramar posee un
ejemplar con varios restos de sus esqueletos, y otros ejemplares
aislados.