Así se consideran este grupo de ave fósiles extintas, cuyas
últimas evidencias se encentran en los sedimentos de la zona, cuya antigüedad
es de unos 3 millones de años.
Fuera del grupo de los mamíferos que reinaron en Sudamérica
durante toda la Era Cenozoica, encontramos en la exhibición del Museo de
Ciencias Naturales de Miramar el cráneo de un Mesembriornis milneedwardsi,
un ave que medía 1,80 metros de altura y tenía un cráneo de 45 cm.
Esta enorme ave habría perdido la capacidad de volar, pero
en cambio, se convirtió en una poderosa corredora y depredadora durante el
Terciario.
La punta del pico dirigida hacia abajo como las aves
rapaces delatan hábitos carniceros, cuyas principales víctimas serian animales
de talla media y pequeñas como la de Paedotherium o
el Pseudotipotherium, a los cuales corría hasta poder golpearlos con su
pico y una vez detenido, apoyaba sus grandes patas sobre su espalda, clavándole
las garras, decidiendo una vez que el animal estaba sometido como lo destrozaría.
Si encontraba algún animal muerto no lo desperdiciaría, sobre todo en épocas de escasez de presas. Sus alas eran muy reducidas, y sus músculos estaban
atrofiados, lo que imposibilitaba al ave poder volar.
El cráneo, fue preparado para esta muestra por Mariano
Magnussen del Laboratorio Paleontológico del museo miramarense. La recreación a
escala fue realizada por Alejandra Gabriela Monteverde. En las colecciones del
museo, se resguardan otros restos de aves, entre ellos un Psiloterus de 1,5
metros de altura, encontrado por Daniel Boh de la misma institución.