La Sala del Terciario del nuevo Museo Miramarense, es el
resultado de trabajo de muchos años del equipo del museo, contando con el apoyo
de la Fundación Azara para obtener este resultado admirable.
En este período geológico la región pampeana estaba habitada
por una enorme variedad de aves y mamíferos hoy en día extintos, y que vivieron
entre 5 y 2,5 millones de años atrás. El paisaje era diferente, de tipo
chaqueño, Parches de bosques espinosos alternaban con áreas abiertas y existía
una marcada estacionalidad térmica con veranos muy cálidos.
AVES Y REPTILES: Fuera del grupo de los mamíferos que
reinaron en Sudamérica durante toda la Era Cenozoica, encontramos el cráneo de
un Mesembriornis milneedwardsi,
un ave que medía 1,80 metros de altura y tenía un cráneo de 45 cm. Esta enorme
ave habría perdido la capacidad de volar, pero en cambio, se convirtió en una
poderosa corredora y depredadora durante el Terciario. También se exhiben
restos de Salvator (=Tupinambis). Este último era el
representante fósil del lagarto overo y un cráneo muy completo de Ceratophrys ameghinorum, un anuro
depredador que poseía pequeños cuernos y dientes. En las colecciones
científicas del Museo de Ciencias Naturales de Miramar, se resguardan otros
restos de estos grupo de vertebrados, como así también otros organismos contemporáneos
a estos, que nos permite establecer como eran esos ambientes.
LOS MARSUPIALES: Raros mamíferos del Plioceno y
Pleistoceno hallados en la zona, como una mandíbula de un Hiperdidelphis, Didelphis y
de un Lestodelphis, emparentados
con las actuales zarigüeyas. La pieza más llamativa de este grupo de mamíferos
primitivos la conforma un esqueleto recreado in-situ de un Thylacosmilus atrox o “marsupial
dientes de sable”. Los marsupiales se caracterizan por su forma de
reproducción, ya que las hembras dan a luz a pequeños embriones que terminan su
desarrollo dentro de una bolsa externa con mamas, como los canguros de
Australia y las zarigüeyas Sudamericanas. Recientemente la colección de
este grupo se vio ampliada por el hallazgo de varias piezas aisladas.
ROEDORES: La muestra Paleontológica también incluyen restos
de roedores, como el Protohydrochoerus,
emparentado con los actuales capibaras, u otros mas pequeños como el Lagostomopsis antiquus, Actenomys
latidens, el gigantesco Telycomys entre
otros.
LOS PEREZOSOS GIGANTES: En esta sala se refleja también, la
presencia de un cráneo de Plesiomegatherium,
de menor tamaño que su pariente más moderno (el Megatherium del Pleistoceno). En estos sedimentos se han
recuperado numerosos restos de distintos edentados de gran tamaño, como así
también, de armadillos y gliptodonte.
LOS UNGULADOS SUDAMERICANOS: Durante esta época geológica,
se desarrollaron formas extrañas de mamíferos que caminaban sobre sus pezuñas,
pero que n han dejado parientes en la actualidad. Entre ellos Promacrauchenia chapadmalense, con un
cuerpo muy parecido al de un camello y una larga trompa, herbívoro y antecesor
de su pariente de mayor tamaño que vivió durante el Pleistoceno. También se
encuentra un pequeño esqueleto y cráneo con mandíbula pertenecientes a Paedotherium typicum del tamaño de
un conejo, siendo este el representante más pequeño del Orden. Por último,
un cráneo de Mesotherium cristatum,
con características de roedor (sin serlo) y tamaño de una oveja. Todos ellos de
unos 3 millones de años de antigüedad.
El Asteroide de Miramar. El misterio de las tierras
cocidas y las escoreas.
El análisis de las barrancas costeras en Miramar puede
sorprender con el hallazgo casual de tierras cocidas (similares a ladrillos) y
escorias (de aspecto vítreo, oscuras y con muchas vesículas) muy diferentes al
sedimento que las rodea. Tienen una antigüedad superior de 3.000.000
de años. y fueron un objeto de controversia para la comunidad científica a
comienzos del siglo XX.
Los primeros investigadores concluyeron Que se trataban de
los restos de antiguos fogones dejados por ancestros del hombre, mientras que
otros pensaron que se trataban de los restos de terribles erupciones volcánicas
e incluso de grandes incendios.
Estudios recientes señalan que serían tos restos del impacto
de un antiguo meteorito que habría caído en el mar, cerca de la costa
de Chapadmalal. Este gran cataclismo podría haber sido el responsable de la
extinción de parte de la fauna pampeana a fines del Plioceno.