viernes, 10 de abril de 2020

La antigüedad del hombre en el Plata.





Un aporte realizado en febrero y que se nos pasó publicarlo. Las polémicas teorías de Florentino Ameghino sobre el origen de los seres humanos. Muchas gracias al vecino y amigo Ernesto Martínez por esta contribución al Museo de Ciencias Naturales de Miramar.

El sabio argentino Florentino Ameghino, en su obra "La antigüedad del hombre en el Plata" (1880), afirma que los inicios de la raza humana se produjo en las pampas argentinas.

Para su época los descubrimientos hechos o inspirados por Ameghino fueron sensacionales y revolucionarios. Según él, América habría sido el centro de evolución de todos los mamíferos; y ciertos antecesores del hombre que, en las planicies desprovistas de vegetación arborescente de la Argentina, "se vieron obligados a levantarse sobre sus miembros posteriores para explorar el horizonte", habrían dado nacimiento al verdadero precursor del hombre, es decir, al primer ser adaptado a la posición erecta, que llamó Tetraprothomo; y de este habrían nacido por evolución progresiva el Triprothomo, el Diprothomo y finalmente el Prothomo, antecesor inmediato del hombre actual.
Como señalamos en algunas publicaciones anteriores,              

Florentino Ameghino también baso algunas de sus teorías en los hallazgos que se habían realizado en esta zona.

Florentino escribió:  "Nuestros principal propósito es probar que durante la época en que vivían en las pampas argentinas esos gigantes de la creación, que han sido denominados Megaterios, Gravígrados, o Tardígrados; El Toxodonte, que participaba a la vez de la conformación del rinoceronte, el elefante, el hipopótamo y los roedores, y que se distinguía de todos ellos por caracteres que no tienen analogía con la de ningún otro mamífero: la Macrauquenia, que reunía los caracteres de los solípedos, los camélidos y los rumiantes; el Tipoterio que no entra en ninguno de los mamíferos conocidos; y los extraordinarios animales llamados Gliptodontes, que estaban cubiertos por corazas óseas que alcanzaban a tener hasta dos pulgadas de espesor; que durante la época en que las pampas argentinas eran habitadas por terribles carniceros que tenían colmillos de más de diez pulgadas de largo, corvo, como una hoz, afilados como puñales y dentellados como una sierra, cual si hubiesen estado destinados a hendir, rajar, y aserrar las corazas óseas de que estaban cubiertas una gran parte de las especies animales que les fueron coetáneas, y por elefantes de formas macizas, provistos de defensas de más de dos metros de largo; que durante la época en que prosperaba esa fauna singular, únicamente propia de las pampas argentinas, el hombre también poblaba estas comarcas, y más de una vez vio, contempló y admiró las macizas formas de los extraordinarios seres que los rodeaban por todas partes."

Más información en www.museodemiramar.com.ar.